sábado, 12 de septiembre de 2009

Tema 1
Introducción. EL MITO





Aunque la literatura europea de los siglos XVI al XIX no puede conocerse correctamente sino a la luz de la mitología griega, los autores clásicos han perdido tanto terreno en escuelas y universidades que ya nadie espera que una persona culta sepa, por ejemplo, quiénes fueron Deucalión, Pélope, Dédalo, Enone, Laocoonte o Antígona.

El conocimiento actual de estos mitos se deriva en su mayor parte de versiones de cuentos de hadas, como los Héroes de Kingsley y los Tanglewood Tales de Hawthorne. A primera vista parece que esto no importa mucho, porque en los dos últimos milenios ha estado de moda desprestigiar los mitos tildándolos de historias ridículas y fantasiosas, un legado encantador de la infancia de la inteligencia griega que la Iglesia, lógicamente, desvaloriza para destacar así la superior importancia espiritual de la Biblia.

Lo que tradicionalmente se llama la “mitología clásica” no es un objeto sencillo. Considerada en su conjunto, forma una masa de relatos fabulosos de todo género, de todas las épocas, en la cual conviene establecer un cierto orden. Algunas leyendas son romanas y la mayoría son helénicas.

Se ha convenido en llamar “mito”, en sentido estricto, a una narración que se refiere a un orden del mundo anterior al orden actual, destinado no a explicar una particularidad local y limitada, sino una ley orgánica de la naturaleza de las cosas (orden de la realidad).
Las fuentes de la Mitología son muy diversas: van desde los poemas homéricos hasta los comentarios eruditos de los sabios bizantinos del siglo XII.

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