domingo, 18 de octubre de 2009

La Manzana (Imagen)



"El juicio de Paris" Peter Paul Rubens (1639)

Antecedentes a la Ilíada: La manzana de la discordia

La guerra de Troya fue consecuencia de la alianza guerrera de varios reyes de Grecia contra la ciudad de Troya y sus aliados de Asia Menor. Troya se encontraba situada en el Noroeste de la actual Turquía.

La manzana de la discordia

Cuenta la leyenda que a la boda de Peleo con Tetis no fue invitada la diosa Eris. Ésta enojada por el divino desaire ideó una peculiar venganza cuyo imprevisto desenlace dió lugar a la sangrienta guerra de Troya.

Eris colocó, en el lugar donde se celebró el banquete de bodas una manzana de oro con una inscripción en ella que decía, "para la más bella entre las diosas". Las diosas comenzaron inmediatamente a disputarse el preciado trofeo quedando de entre todas ellas tres finalistas.

Hera, la hermana y esposa de Zeus, reina de las diosas, protectora del matrimonio y de considerable fuerza; Atenea, hija de Zeus, poderosa guerrera, de gran sabiduría y destreza en las bellas artes; y por ultimo Afrodita, la diosa de la pasión que, nacida de la enrojecida espuma del mar, era considerada como la hija de Zeus.

Como ningún dios se atrevió a mediar entre tan poderosas diosas se encomendó el arbitraje y la elección de la mejor diosa a un mortal:el príncipe Paris.

Las tres diosas junto al dios Hermes, quien hacía las veces de mensajero, descendieron del Olimpo para entrevistarse con el príncipe. Paris era hijo de Príamo, rey de Troya, y de su esposa Hécuba.

En aquellos días Paris se encontraba cuidando un rebaño de ovejas en el monte Ida. Más tarde desde ese monte los dioses iban a contemplar varias batallas de la guerra de Troya decidiendo el curso de las mismas de acuerdo a sus simpatías por unos y otros héroes en ambos bandos.

Las diosas, haciendo gala de su poder de seducción, se pusieron inmediatamente a intentar ganarse la simpatía y el favor del príncipe Paris.

Hera, le ofreció gobernar sobre toda Asia y Europa; la marcial Atenea le prometió habilidad militar y fama, y Afrodita le prometió entregarle a la más bella mujer del Egeo:Helena, quien desde hacia ya muchos años era deseada por todos los reyes, príncipes y héroes guerreros de la época.

Paris eligió, casi sin dudarlo, la oferta de Afrodita. Esta decisión despertó la ira en las otras dos diosas quienes juraron, secretamente, a Paris rencor eterno...

Pocas jornadas después, Paris embarcó hacia Grecia. Su destino final fue Esparta, donde Helena residía junto a su esposo Menéalo, rey de Esparta y hermano del poderoso rey Agamenon, rey de Micenas. Paris se hospedó en casa de Menéalo y cuando este tuvo que partir para resolver algún rutinario asunto de gobierno, secuestró a Helena.

Dicha abducción no fue violenta debido a que la mujer, en aquella época, era considerada un ser pasivo que se sometía sin oposición ni grandes sentimientos de culpa al hombre que la tomara.
Sin embargo el rapto de Helena, no solo fue tomado como una ofensa al anfitrión, sino también a Zeus, quien a través de sus múltiples personalidades, Zeus Xenius, había apadrinado la boda de Helena con Menéalo. Con esto Paris se había ganado la enemistad de Zeus, la cual sumada a la de Hera y Atenea (desfavorecidas en el juicio de la manzana), le iban a traer, tanto a el como a su pueblo la terrible tragedia de una interminable guerra.

Y esto no es todo, los numerosos y anteriores pretendientes de Helena, hasta su enlace con Menéalo, consideraron el rapto como una traición a su propio honor, ya que cuando fueron aspirantes al favor de la bella Helena se comprometieron en defender el honor de quien fuera el elegido para desposarla. Agamenon asumió el mando de la expedición de rescate de su cuñada y de castigo a los traidores troyanos.

Este fue el origen de la guerra de Troya y el desenlace de una curiosa disputa femenina por una manzana de oro.

lunes, 12 de octubre de 2009